martes, 29 de diciembre de 2009

Fin de año: balancear y seguir

Editorial de la audición radial LA VOZ ARMENIA
Sábado 26 de Diciembre de 2009 – Radio Génesis AM 970 (Buenos Aires, Argentina)

Cuando se acercan las fiestas de fin de año y navidad, y además de preparar infinitos encuentros con familiares y amigos, cada uno de nosotros se toma un buen rato para ver qué hizo a lo largo del año, cómo nos fue, qué nos deparó el destino, cómo enfrentamos los avatares de la vida, qué fue lo bueno y lo malo en cada un de los aspectos particulares que conforman nuestro día a día.
Este balance, y la reflexión que hacemos de él, es lo que nos permite ir delineando y programando lo que viene y prepararnos para cumplir de la mejor manera posible con los compromisos asumidos y con los inesperados.
En lo particular-familiar, cada uno de nosotros proyecta mantener y/o mejorar los niveles de vida alcanzados, no sólo en lo que respecta a lo económico, sino también a todo aquello que conforma nuestra plenitud espiritual, entendiéndose por ello esas otras satisfacciones que obtenemos más allá de lo material y que están íntimamente relacionados a nuestros afectos: padres, matrimonio, pareja, hijos, amigos, compañeros.
Después viene el ámbito laboral (para quienes en el capitalismo sobre-explotador tenemos la dicha de tener trabajo), donde pasamos gran parte de nuestros días y del que depende una parte importantísima de nosotros, ya que con los ingresos obtenidos debemos sostener, en parte, nuestro proyecto de vida individual y familiar. Y en este sistema el trabajo también es motivo de preocupación, ya que la estabilidad es casi inexistente (excepto en la esfera estatal, con sus bemoles), y los salarios siempre corren desde atrás a los precios de la canasta familiar y de los servicios públicos… Por eso, hacer milagros es un don casi diario de los argentinos, en alguna medida de los que tienen trabajo, y con tintes de heroísmo, de aquellos quienes no lo tienen e igualmente educan hijos, conforman y sostienen familias pertrechados de dignidad y obstinación por ganarse su lugar en el mundo.
Mientras algunos “sufrimos” no poder adquirir tal o cual marca o no poder renovar tal o cual artefacto que pasó de moda, otros, muchos, sufren por no tener siquiera lo mínimo e indispensable para hacerle frente al día a día.
Algunos dirán convencidos que no es culpa nuestra ni la pobreza, ni la miseria, ni las necesidades básicas insatisfechas de millones y millones de hermanos y hermanas argentinos. Y digo yo, ¿nosotros no tenemos un grado de responsabilidad en todo esto? ¿Cada uno de nosotros no es un poco culpable?
Si, no lo duden, Ustedes y yo, nosotros, todos, tenemos nuestro grado de responsabilidad. Porque convivimos con la extrema pobreza a nuestro alrededor, con hombres y mujeres de todas las edades durmiendo en las calles o revolviendo basura para comer, y no se nos ocurre otra cosa que “darles una monedita”, o decir “estos vagos, ¿por qué no trabajan?”, o mascullar por lo bajo “¿por qué no se van a sus países o a sus provincias?”.
La tele, los medios, esos mismos que nos muestran la miseria para que tengamos un poco de piedad y luego nos movilizan para defender la máxima rentabilidad de los “dueños del país”, jamás nos dicen que desde siempre nos gobiernan los mismos (con uniforme o de civil) y que mientras sigamos eligiendo por el menos malo todo va a seguir igual.
Kirchner, Duhalde, Carrió, Cobos, Menem, Macri, De Narvaez, Murphy y Alfonsín son sólo algunos nombres que, más allá de los matices lógicos que los diferencian, proponen exactamente lo mismo, es decir, CAPITALISMO. Unos pueden ser más Light, otros más conservadores, están también los ortodoxos y los renovadores, pero ninguno saca los pies del plato. Raúl Alfonsín fue muy distinto a Menem, pero uno inventó las leyes de punto final y obediencia debida y el otro los indultos. Y ambos, firmaron el Pacto de Olivos. Los Kirchner se diferencian de los otros: otorgaron aumento de salarios a los estatales luego de más de una década de estar congelados; jubilaron a muchos argentinos y llevando la jubilación a cifras que hasta hace poco parecían imposibles; se re-estatizó Aerolíneas y la jubilaciones privadas, tenemos fútbol para todos, se aprobó una nueva ley de medios de comunicación, mantuvieron-desarrollaron-profundizaron relaciones de todo tipo con los hermanos países latinoamericanos y supieron capear el temporal de una crisis mundial profunda sin despidos masivos de empleados públicos y sin el cierre de fábricas ni grandes empresas. Pero los Kirchner no reconocen a la Central de Trabajadores de la Argentina manteniendo la hegemonía de sus aliados gordos de la CGT; intentan que en el campo los que más tienen más paguen, pero no hacen lo mismo en otros ámbitos de la vida empresarial argentina; se cruzan en un duelo casi a muerte con el multimedios Clarín, pero antes permitieron que el mismo se adueñara de casi todo; hablan de nacionalizar, pero nuestros recursos naturales siguen en manos extranjeras y el saqueo continúa; mantienen a miles de luchadores sociales en las cárceles y Julio López sigue sin aparecer; subsidian la riqueza y millones de argentinos mueren un poco cada día sumidos en la más extrema de las miserias.
Así son ellos, Se nos presentan distintos, pero son igualitos. A veces se cruzan fuerte, se dicen palabras irreproducibles, incluso no se hablan por un tiempo con tal de que nos creamos que son enemigos de verdad. El objetivo es que como sociedad los veamos como única alternativa. El más claro ejemplo lo tenemos ahora: como vieron que con el Cleto Cobos no iban a ningún lado, salieron a promocionar de nuevo la candidatura de uno de los políticos más nefastos de nuestra historia reciente: Duhalde.
¿O acaso no les parece raro que traten con tanta suavidad al empresario corrupto Mauricio Macri, el peor Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires? La Ciudad está rota por todos lados, los hospitales y las escuelas se caen, no se cumplió con nada, incorporó a su gobierno a mucha mano de obra represora y fascista, espió a ciudadanos comunes, luchadores sociales y dirigentes políticos, y todavía no fue a juicio; tuvo que cambiar a los ministros que designó en un abrir y cerrar de ojos… En pocas palabras, es impresentable. Sin embargo, para los medios, su desgobierno es simplemente una noticia más.
Se viene el 2010. ¿Qué deseo, qué pido? Muy poco. Lo mejor para los que quiero y salud, mucha, para seguir luchando con mis compañeros por la justicia, la libertad y una mejor vida para todos. Para seguir luchando por el socialismo.


Adrián Lomlomdjian
Director

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