sábado, 1 de mayo de 2010

¡Hasta la Victoria, Siempre!

Audición radial LA VOZ ARMENIA, Buenos Aires, República Argentina
Editorial del programa del sábado 1º de Mayo de 2010


“Arriba los pobres del mundo, de pie los esclavos sin pan…”, comienza diciendo el himno Internacional de los Trabajadores, en un claro llamamiento a terminar con las injusticias, la explotación y la miserable vida a la que el capitalismo condena a gran parte de la humanidad, para beneficio y lujuria de unos pocos.
Desde las usinas del poder explotador lanzan a los cuatro viendo ideas que intentan inculcarnos que “no hay alternativa al capitalismo”, “que las cosas son como son y que a lo sumo habría que adaptarse tomando lo mejor”, “que siempre habrá pobres y marginados, porque son gente a la que no les gusta trabajar”, “que se terminaron las épocas de querer cambiar el sistema y que hoy lo único que hay que hacer es humanizarlo”, “que la revolución es una utopía a larga plazo y que lo que vale la pena es luchar para redistribuir las riquezas manteniendo el sistema”, y así, un sinfín de consignas que diariamente nos taladran la cabeza desde los principales medios de comunicación que, a no dudarlo, se encuentran en manos del enemigo, entendiéndose por ello a quienes ayudan a sostener este sistema de injusticias, explotación y exclusión.
Así como están quienes decidieron pasar por la vida adaptándose a las distintas situaciones, o quienes repiten lo que les dicen sin siquiera tomarse un segundo para pensar si esta bien o mal o si están haciendo el rídiculo; también estamos los que una vez elegimos sumarnos al ejército de quienes quieren cambiar el mundo y nos mantenemos a rajatablas allí, a pesar de las idas y venidas, de las traiciones y sinsabores, de aquellos quienes con solemnidad intentan convencernos de que “es hora de cambiar, porque todo cambia”.
No, los equivocados son ellos, porque “no todo cambia”. Nosotros no cambiamos.
A nosotros nos sigue doliendo el hambre y la miseria a la que se ven sometidos nuestros hermanos, y luchamos para terminar con eso.
A nosotros nos siguen rebelando la explotación y las injusticias, y luchamos para acabar con el sistema que las sostiene.
A nosotros nos siguen enojando la hipocresia y el doble discurso, y luchamos para desenmascarlos y para que cada uno sepa quién es quién.
A nosotros nos siguen sublevando la traición y la mentira, y luchamos para que no nos envenenen y para que no logren sus objetivos de destrucción, basados en mezquinos intereses personales.
Nosotros elegimos ser revolucionarios y nos esmeramos día a día para llegar a serlo de verdad.
Llevamos en nuestra sangre el dolor de nuestros antepasados masacrados, pero también la fuerza y la decisión que los llevó a resistir tanta muerte. Llevamos en nuestra sangre el dolor de los verdaderos dueños de estas tierras, que nos transmitió esta patria argentina, pero también llevamos la fe en la victoria construida durante má de 500 años. Llevamos en nuestra sangre el dolor por la pérdida de aquella experiencia sovietica con la que creimos tocar el cielo con las manos, pero también llevamos la esperanza de saber que un mundo nuevo es posible. Llevamos en nuestra sangre el dolor por los 30 mil compañeros que ya no están y por los otros millones de reprimidos, encarcelados y excluidos, pero también llevamos esa convicción que hace posible que muchos culpables sean castigados.
En definitiva, somos de aquellos que ni se doblan ni se rompen. De aquellos que reconocen errores no para castigarse y bajarse del caballo, sino para afianzar ideales y seguir adelante. Somos herederos de todos y cada uno de aquellos que desafiaron la explotación y la opresión. Somos, y seguiremos siendo, aquellos que sueñan y trabajan para que la sociedad socialista sea esa hermosa realidad que podamos disfrutar todos, incluso aquellos quienes hoy la combaten.

Adrián Lomlomdjian
Director