domingo, 2 de diciembre de 2007

¡Gloria a tí, Armenia Soviética!

AUDICION RADIAL LA VOZ ARMENIA
EDITORIAL DEL SABADO 1º DE DICIEMBRE DE 2007
El 29 de Noviembre de 1920 nacía la República Socialista Soviética de Armenia en aquella pequeña porción de territorio nacional que logró ser salvada de las garras genocidas y de las apetencias imperiales. Y fue, a pesar de las disputas existentes en cada comunidad de la diáspora, la Renacida Madre Patria de Todos los Armenios.
Así lo atestiguan los miles de jóvenes armenios de la diáspora, quienes perteneciendo a sectores opuestos políticamente, eligieron cursar sus estudios terciarios allí, de manera gratuita y subvencionados. También lo atestiguan las centenares de escuelas armenias diseminadas por el mundo, que eligieron utilizar los libros llegados desde la lejana Madre Patria para educar y enseñar armenidad a miles de niños nacidos en sus nuevas patrias. Qué decir de los testimonios brindados por innumerables personalidades pertenecientes a distintas ideologías, filosofías y credos, quienes conociéndola personalmente, la adoptaban y la defendían por el resto de sus vidas.
Los más, lo hicieron abiertamente, transformándose en voceros de aquel pujante progreso y desarrollo que casi no conoció iguales en el mundo. Otros, lo hicieron en voz baja y hubieron algunos que lo hacían a escondidas... pero todos gozaban sus logros como propios.
¿A quién no se le cayó una lagrimita al escuchar por radio el famoso e inolvidable "Ereván e khosum"? ¿Quien no se alegró con cada partida ganada por el gran Tikrán? ¿Quién no soñó alguna vez poder regresar a sus brazos maternales? ¿Quién no se emocionó con los discos de pasta de 78 que nos traían el canto y la poesía renacida de nuestro pueblo? ¿Quién no disfrutó con los descubrimientos de Víctor Hampartzoumian? ¿Quién no gozó con cda una de las delegaciones artísticas que llegaban a nuestro país y traían toda la alegría del renacimiento patrio?
Durante sus 70 años de existencia, la Armenia Soviética fue, a pesar de sus lógicos errores y aspectos criticables, una constante generadora de logros nacionales, sociales y populares. Y fue la construcción una de las mayores y mejores exponentes de los sorprendentes niveles de desarrollo alcanzados por la sociedad armenia.
Ereván fue transformada en una poderosa ciudad capital con más de 1.300.000 habitantes. Si tomamos en cuenta que durante la primer década del siglo XX habitaban allí algunas decenas de miles de personas, en su mayoría en casas antiguas y calles de tierra, sin ningún tipo de adelanto, la transformación vivida entre los años 1920 y 1990 adquiere rasgos fantásticos. Se construyeron miles de edificios y casas para vivienda; nuevos barrios nacieron allí donde existían enormes descampados; incontables cines, teatros y casas de la cultura inundaron cada rincón de la milenaria capital armenia; Tamanian le daba forma a esa nueva gran ciudad plagada de particularidades, única, con esa Plaza de la República (ex Plaza Lenín), sus edificios lindantes y la imponente fuente de los 2780 picos de agua que simplemente despiertan admiración en las decenas de miles de turistas que la visitaron y la visitan a lo largo de las décadas; se construyó la línea de subterráneo en medio de las rocas y montañas, con 13 estaciones que se asemejan más a salas teatrales que a paradas del metro, lo que la hizo merecedora de numerosos premios internacionales; allí, en las alturas de Ereván, se levantó el Complejo de Dzidzernagapert en homenaje al millón y medio de víctimas del Genocidio Armenio, monumento que conmueve hasta el llanto a cada visitante y que acaba de cumplir 40 años; centros comerciales, establecimientos educativos, centros deportivos, edificios públicos, museos, monumentos y estatuas inundan cada rincón, no sólo de la capital, sino de toda la República. Enormes complejos industriales y productivos se abrieron a lo largo y ancho de Armenia. Centenares de miles de trabajadores elaboraban productos cuyo fruto era disfrutado por cada habitante de la Armenia Soviética. Artistas, científicos, intelectuales y deportistas recorrían el mundo llevando consigo todo el desarrollo de un pueblo al que creían, y algunos querían, desaparecido. Víctor Hampartzumian tomaba el cielo por asalto; Aram Khachadurian sacudía los corazones de todos con sus melodías; Tikrán Petrossian se consagraba Nº 1 del juego ciencia; pesistas y boxeadores cosechaban oro por doquier; el histórico Ararat se consagra Campeón de Fútbol de la URSS; nuestros poetas creaban sin pausa, formando a generaciones adentro y afuera de la Madre Patria; las comunidades diasporeanas se inundaban con libros, revistas y discos de la Armenia Renacida; los egresados la comenzaron a visitar; varios miles eligieron seguir sus carreras allí, transformándose en profesionales que regresaban a sus países de origen con un título que, tal vez allí, no hubiesen tenido la oportunidad de alcanzar; los docentes decidían perfeccionarse allí, en la fuente inagotable de armenidad, cuna del renacimiento sin igual.
Lo que ocurrió, todo aquello de lo que aún día nos seguimos enorgulleciendo son, sencillamente, logros de la reconstrucción socialista de un país, en este caso, de Armenia. Durante siete décadas todo lo producido fue para beneficio y disfrute de todos; la preocupación de todos fue lograr el bienestar de todos; hubo objetivos nacionales y toda la sociedad en conjunto se puso a disposición del cumplimiento de los mismos; los que demostraron ser dignos representantes de sus comunidades fueron elegidos como sus representantes a los distintos órganos de poder; los sobresalientes en las distintas esferas fueron reconocidos y transformados en ejemplo para la construcción de la nueva sociedad. Allí, en ese proceso, quedó claramente demostrado qué es posible en una sociedad socialista y qué, en el capitalismo.Aunque aún existan quienes intentan tapar el sol con una mano, el pueblo de Armenia vivió siete décadas de una gloria inolvidable, de un desarrollo incontenible. Y nosotros, su hijos dispersos por el mundo, disfrutamos de aquella gloria, gozamos con cada casa terminada, con cada fábrica en funcionamiento, con cada joven recibido, con cada monumento inaugurado, con cada poesía cantada, con cada kocharí danzado, con cada sentir patriótico hecho libro. Gozamos, disfrutamos, vivimos con y por ella. Por eso, jamás olvidaremos. Por eso hoy, al cumplirse el 87º Aniversario de la República Socialista Soviética de Armenia, vaya nuestro sincero homenaje a quienes transformaron aquel hermoso sueño en una inolvidable realidad. Nuestro reconocimiento y nuestro corazón para el pueblo y las autoridades que hicieron renacer Armenia de entre las cenizas. Y nuestro inquebrantable compromiso de seguir por el mismo camino, luchando por construir la nueva sociedad socialista.
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lunes, 26 de noviembre de 2007

¡CALLATE TU, FASCISTA!

AUDICION RADIAL LA VOZ ARMENIA
EDITORIAL DEL SABADO 24 DE NOVIEMBRE DE 2007


La soberbia ilimitada, prepotente, arrogante y desfachatada fue puesta al descubierto por el llamado “Rey de España”, quien creyéndose portador no sabemos bien de qué derechos por sobre los demás, osó callar públicamente al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, quien es a su vez uno de los principales líderes continentales.
A la soberbia y prepotencia del monarca europeo se sumaron, posterior, pero rápidamente, los argumentos de aquellos quienes, siéndolo o no, cumplieron al pie de la letra con su rol de “súbditos de la corona”, o mejor dicho, “de lamebotas del imperio”.
Ellos, europeos y primer mundistas, dominadores del planeta, “civilizadores de la humanidad”, que mantienen bajo su égida a gran parte de las fuerzas políticas internacionales aglutinadas en las Internacionales Socialista, Demócratacristiana y Conservadora que ellos manejan y que son herramientas al servicio de sus intereses, ellos, los prepotentes que habitan el otro lado del océano y que en definitiva son aliados del Imperio genocida que limita con nuestra Latinoamérica, ellos, reitero, se sienten con el derecho de decir y hacer lo que se les antoja, contando para eso con la complicidad traidora de decenas de miles de virreyes, que como Judas, no dudaron ni dudan en venderse por un par de monedas.
Para ellos, monárquicos, socialdemócratas, conservadores y demócratacristianos europeos de todos los matices, llamar fascista al fascista de Aznar es “faltarle el respecto a un mandatario electo por el pueblo español”. Pero ellos, monárquicos, socialdemócratas, conservadores y demócratacristianos del Primer Mundo, no dudan en desprestigiar a los líderes latinoamericanos, en denominarlos como a ellos se les ocurra, en apoyar golpes de estado, en meterse en los asuntos internos de cada una de nuestras repúblicas, en seguir saqueando nuestras riquezas bajo los “marcos legales” de las privatizaciones, y así, podríamos seguir enumerando un sinfín de ejemplos de estos civilizados europeos que tiñieron de sangre, no sólo nuestro continente americano, sino cada rincón del planeta donde apoyaron sus garras asesinas.
Ellos, defensores de los derechos humanos, del medio ambiente y del bienestar para ellos mismos, están instalados aquí envenando nuestro medio ambiente, saqueando nuestras riquezas y sumiendo en la miseria a millones de latinoamericanos para así asegurar su propio bienestar. Para ellos, ser civilizado es defender los intereses de sus empresas y los miles de millones de dólares de ganancias que se llevan a sus países. Por eso les duele Fidel. Por eso les duele Chávez, quien sin encabezar un proceso socialista como el de Cuba, los molesta no tanto con sus hechos, sino con sus palabras, que contienen mucha verdad en cuanto al rol que juegan los poderosos y a la necesidad de unión de quienes somos explotados y expoliados por ellos.
Lo dijo Chávez: Aznar es un fascista. Y también los son el monarca, el actual Presidente español y todos aquellos quienes siguen, por complicidad u omisión, avalando la ocupación y los genocidios contra los pueblos de Irak, Afganistán y Palestina; quienes hablan del derecho de las minorías, pero mantienen sometidos a los vascos durante siglos de ocupación de sus tierras; quienes saquean nuestras riquezas, invaden nuestras tierras y envenan nuestro medio ambiente; quienes se pasean por el mundo aconsejando sobre qué es lo civilizado y humano y qué no, y por otro lado, mantienen càrceles clandestinas y torturan a los inmigrantes del tercer mundo que buscan una vida mejor.
Monárquicos, conservadores, demócratacristianos y socialdemócratas europeos. A Ustedes, prepotentes, soberbios, arrogantes, explotadores, genocidas y fascistas, les decimos: a nosotros no nos calla nadie. Ni Ustedes, ni sus títeres regionales.

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RECORDAR, PARA SEGUIR POR EL MISMO CAMINO

AUDICION RADIAL LA VOZ ARMENIA
EDITORIAL DEL SABADO 10 DE NOVIEMBRE DE 2007

La información dice que mañana, domingo 11 de Noviembre de 2007, a partir de las 11 horas, en la Catedral San Gregorio el Iluminador, se llevará a cabo el acto homenaje a los hijos del pueblo armenio que fueron víctimas del terrorismo de Estado en nuestro país, durante los años de la dictadura militar. El homenaje es organizado por el Arzobispado de la Iglesia Apostólica Armenia y por los Familiares de las víctimas y participarán importantes personalidades relacionadas a distintos organismos oficiales y organizaciones no gubernamentales de vasta trayectoria en la lucha por la vigencia y respeto de los Derechos Humanos.
Hasta aquí, la invitación oficial para que TODOS PARTICIPEMOS DE ESTE HOMENAJE, que se transforma en una acto y un compromiso ineludible para cada uno de nosotros.
Pero como ustedes se imaginan, no se llegó a este instante de la nada. Hubo un proceso difícil, traumático, con momentos de tensión producidos por la existencia de opiniones divergentes y, por sobre todas las cosas, hubo que transitar por un camino desconocido muñidos de tolerancia y respeto. Y nosotros, quienes conformamos el sector progresista y de izquierda de nuestra colectividad, hemos tenido mucho, muchísimo que ver en la concresión de este justo homenaje, que no es otra cosa que incorporar a la memoria colectiva un momento trascendente de nuestra historia, con sus personajes y acontecimientos que no olvidaremos jamás.
Y decía que hemos tenido mucho que ver, porque hemos sido nosotros, desde la Unión Cultural Armenia y desde las convicciones que abrazamos como individuos comprometidos con la lucha por la nueva sociedad, quienes hemos transformado este tema trascendente de nuestra vida nacional como parte de nuestra actividad comunitaria. Pero no lo hemos logrado solos, sino con el aporte por demás significativo de decenas de compañeros y compañeras que desde otros ámbitos institucionales o desde fuera de los mismos, sumaron su compromiso al nuestro y fuimos avanzando por el camino de la formación de conciencia, particularmente en las nuevas generaciones. Porque cada uno de nosotros formábamos parte de la lucha, pero desde nuestros distintos reductos nacionales. Lo que nos faltaba, era juntarnos y trasladar todo ese caudal militante al seno comunitario. Y lo hicimos. De a poco, a pasos de hormiga. Pero lo hicimos y seguimos.
Atrás quedaron:
-las reuniones con integrantes de distintas instituciones para la ralización de un acto homenaje conjunto;
-los encuentros con los familiares de las víctimas, con toda la carga emocional que significaba tanto para ellos, como para los jóvenes que se transformaban en depositarios de pasiones contenidas;
-el descubrimiento de la plaqueta homenaje en la Casa de la Cultura Armenia, con la participación de Hebe de Bonafini, Patricia Walsh y familiares de las víctimas;
-las acaloradas discusiones en las reuniones interinstitucionales del 24 de Abril, cuando había quienes se enojaban (y lo siguen haciendo) porque sostenía que no se puede comparar el Genocidio Armenio con lo ocurrido en los años de la dictadura;
-nuestras intervenciones públicas, nuestras editoriales, notas y centenares de minutos dedicados a divulgar y defender nuestras ideas respecto de esta cuestión;
-las charlas y debates públicos y la llegada del tema a los establecimientos educacionales comunitarios, donde familiares dieron testimonio de lo ocurrido y lo vivido a las nuevas generaciones que, en mucho de los casos, se acercaban por primera vez a la cuestión;
-la presencia cada vez más numerosa de miembros de nuestra comunidad en los actos nacionales y comuniatrios del 24 de Marzo;
-la presencia del tema dictadura militar y desaparecidos en los medios de comunicación comunitaria;
-los sucesivos encuentros con directivos del Arzobispado, que contribuyeron a producir avances significativos y concretos en la cuestión.
Como se ve, el camino recorrido fue largo y nosotros, sin ninguna duda, lo hemos andado desde el principio. Y lo remarcamos y recalcamos, no desde la soberbia que significaría decir “lo logramos nosotros”, sino desde la satisfacción militante de saberse parte no sólo de un hecho histórico –como lo será el descubrimiento de la plaqueta recordatoria en el Arzobispado-, sino de la formación cotidiana de la conciencia colectiva para la lucha contra las injusticias y la construcción de la nueva sociedad. Porque estamos demostrando que no hay imposibles, que con lucha todo se logra. Que cuando se tienen las convicciones firmes y se mantienen los objetivos claros, se llega a lo buscado.
Pero somos concientes que la historia nunca se termina. Que mañana será realidad el homenaje que muchos creían imposible (pero por el que también “otros muchos” lucharon) y que la cuestión sigue. Porque estos pequeños logros nos dan fuerza para seguir, para ser más, para incorporar a nuevas generaciones de luchadores decididos a terminar con este genocida sistema capitalista, que siembra muerte, miseria e injusticias por todo el planeta. Porque como dijo el Compañero Presidente Salvador Allende: “...Más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre nuevo para construir la nueva sociedad socialista”.



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lunes, 5 de noviembre de 2007

TODAVIA ESPERAMOS SABER LA VERDAD

AUDICION RADIAL LA VOZ ARMENIA
EDITORIAL DEL SABADO 27 DE OCTUBRE DE 2007



Hace exactamente 8 años, pasadas las 17 horas de entonces miércoles 27 de Octubre, un grupo armado ingresaba al recinto de sesiones de la Asamblea Nacional de Armenia y fusilaba al Primer ministro de la República y Héroe Nacional, Vazkén Sargssian; al Presidente de la Asamblea Nacional y Héroe Nacional, Karén Demirdjian; a los Vicepresidentes parlamentarios, a 1 Ministro y a otros 3 diputados. Luego, durante varias horas, los criminales mantuvieron como rehenes a más de 120 diputados, hablaron telefónicamente con varias personas influyentes que se encontraban fuera del recinto, se reunieron a solas con el Presidente Kocharian y por la noche se “entregaron”. Así, sintéticamente, podemos recordar la mayor tragedia ocurrida en la República de Armenia que, nos gustaría saber por qué, nos es recordada como se debe.
Ese día, como cada último miércoles de cada mes, los Ministros se hacen presente en el Parlamento para responder los interrogantes planteados por los diputados, por lo que ese día el recinto presenta asistencia casi completa de las más importantes autoridades del poder ejecutivo y legislativo del país. Cuando entraba al recinto, el Héroe de la guerra de Gharapagh, creador del Ejército Armenio y entonces Primer Ministro Vazkén Sargssian, le comentó a uno de sus guardaespaldas: “Hagop, hoy soñé que me mataban y que vos, con el arma en la mano, intentabas defenderme”. Hagop Hampartsumian simplemente sonrió y Kohar Kurrazian, empleada administrativa del Parlamento que había escuchado la conversación, no le prestó atención, ya que como manifestó posteriormente, “era un día como todos los demás”. Pero tal como le decía siempre, Kohar repitió: “Que Dios te proteja, Vazkén”.
Pero el 27 de Octubre no fue un día más ni hubo quien protegiera a Vazkén, a Karén y a los demás. Gozando de una libertad inusitada, los criminales atravesaron todos los controles, llegaron al recinto y cumplieron con su principal objetivo: descabezar al gobierno deshaciéndose de sus principales dirigentes, ambos, dueños de una enorme popularidad y gozadores del cariño de la gente.
Pasaron muchas, muchísimas cosas después de 27 de Octubre de 1999. Muchas cosas relacionadas a los crímenes, muchas cosas relacionadas a un “reacomodamiento” de fuerzas hacia el interior del país y muchas cosas ligadas al conflicto de Gharapagh y al posicionamiento de Armenia con respecto a distintos temas internacionales.
Entre las muchas cosas que hay, recordemos algunas:
-Un mes antes del atentado, Vazkén Sargssian públicamente le declaraba la guerra a los grupos mafiosos que manejaban el país, asegurando que haría todo lo que estuviera a su alcance “para terminar con el poder desde las sombras”;
-El 23 de Octubre se llevaba a cabo una reunión del Consejo de Seguridad Nacional. Vazkén Sargssian y Karén Demirdjian discutieron muy fuerte con el Presidente Kocharian sobre la variante de Meghrí. Al regresar a su hogar, Karén le dijo a su esposa: “Si algo me pasa quiero que sepas que fue por esa cuestión”.
-A Karén Demirdjian lo remataron estando en el piso, moribundo. Le dispararon en la cara desde una distancia menor a un metro.
-La gran mayoría de los arrestados y juzgados, de los sospechados y liberados pertenecieron a la misma organización política;
-En prisión, “sorpresivamente”, se suicidó uno de los 5 que ingresaron al recinto parlamentario. La enfermera del Parlamento, que dijo escuchar diálogos entre los criminales y un grupo de apoyo que esta en el edificio, desapareció del país y jamás fue citada a declarar. Dikrán Nazarian, periodista que hizo de intermediario entre los asesinos y el Presidente, se fue a los Estados Unidos por 2 años, inmediatamente después del atentado. Dikrán Naghdalian, Director de la TV Nacional de Armenia, que fue acusado de realizar montajes en la filmación de los crímenes, fue asesinado en plena calle céntrica de Ereván una semana antes de tener que presentarse a declarar.
-Unos días después de los crímenes, Kocharian viajaba a Estambul para participar de una reunión plenaria de la OTAN y allí firmaba un documento reconociendo la integridad territorial de Azerbeidján.
-El juicio comenzó con inusitada demora, muchas pruebas y testigos “desaparecieron”, muchos de los funcionarios sospechados y detenidos fueron liberados a pesar de la existencia de pruebas que los incriminaban, se cambiaron jueces y fiscales, juzgados y carátulas, todo contribuyó a que sólo se condenaran a quienes entraron al parlamento y a quienes los llevaron en coche hasta allí, dejando a un lado las investigaciones que debían hacerse para saber quiénes o qué organización estuvo detrás de los crímenes.
-Ese día visitaba fugazmente el país el Secretario de Estado norteamericano Talbot, quien permaneció en Armenia sólo algunas horas. Su vuelo partió alrededor de las 16 horas. Cualquier similitud con esa película que muestra a un funcionario norteamericano recorriendo fugazmente países donde a su partida ocurren crímenes políticos, es pura coincidencia...
Hoy, quienes están en el poder, las coaliciones que gobernaron y gobiernan el país, lo hacen sobre la sangre de los fusilados en el Parlamento. Y a pesar de haber puesto toda su poderosa maquinaria negacionista y falsificadora al servicio del lavaje de la conciencia del pueblo armenio, una gran mayoría recuerda con amor a sus dirigentes asesinados y no los olvida.
Y más temprano que tarde será el propio pueblo, forjador y garante de su destino y del de la patria, quien llame a las cosas por su verdadero nombre y las ponga en su debido lugar. Porque como dice el saber popular: “No hay mal que dure cien años (aunque pueden ser algunos más...) ni pueblo que lo aguante”.



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lunes, 22 de octubre de 2007

DERROTAR LA MEZQUINDAD

EDITORIAL DEL SABADO 20 DE OCTUBRE DE 2007


La semana pasada finalizábamos nuestra editorial con el siguiente párrafo: “...son muchas las cuestiones que se derivan del Genocidio y de nuestro compromiso de continuar la lucha. Pero, además de los muchos temas que nos quedan por definir aunando criterios, quedan otros que podemos ir aclarando. Por ejemplo, QUE NO QUEREMOS NADA CON Y DE LOS GENOCIDAS Y CRIMINALES DE SIEMPRE”.
De esta forma dejábamos en claro nuestra posición de no esperar nada de quienes no sólo son herederos de los cómplices de aquel crimen de lesa humanidad, sino de quienes aún hoy continúan aplicando esa misma política genocida en los distintos rincones del planeta, claro que lo hacen “en defensa de sus intereses”.
También hablábamos de lo paradójico que resultaba que una Comisión Parlamentaria de la principal potencia imperialista “reconociera el Genocidio” y de nuestra “satisfacción interna”, que nace espontáneamente ante cada palabra de solidaridad recibida.
Pero la semana se encargo de poner cada cosa en su lugar, o al menos, en el lugar más acorde a su historia y trayectoria.
Por ejemplo, el genocida Bush, su portavoz Condolezza Raice, el Secretario de Defensa Robert Gates y cada uno de los componentes de la mayor maquinaria criminal que haya conocido la humanidad a lo largo de su historia, continuaron con su abierta oposición y endurecieron no sólo sus discursos, sino también la presión que venían ejerciendo sobre quienes “osaron” reconocer el Genocidio de Armenios.
Y de pronto, la Presidenta del Congreso yanqui, Nanci Pelosi, que el martes había asegurado que la Resolución sería puesta a consideración de todo el cuerpo el próximo 16 de Noviembre, un día después decía que “la Resolución estaba en una nebulosa y que por ahora no sería tratada”. Y no sólo eso. Una decena de los legisladores que acompañaron la presentación de la Resolución, solicitó que sus firmas fueran quitadas de la misma. Otros, casi 50 entre republicanos y demócratas, enviaron una carta a Pelosi solicitándole que “no ponga a consideración del cuerpo la Resolución 106”.
Pero no termina la cosa aquí. Turquía sacó a relucir toda su batería de amenazas y parece haber puesto en jaque al más poderoso del planeta. Amenazó con atacar masivamente a los kurdos en el norte de Irak; amenazó con prohibir el uso de su espacio aéreo a la aviación yanqui que ataca Irak y pretende agredir a Irán; amenazó con reconocer “otros genocidios” y llevar a delante una campaña para que varios países hagan lo mismo. Y parece que, al menos por ahora, obtuvo los resultados esperados. Y más. Porque el gobierno de Israel salió públicamente a manifestar su oposición a la Resolución Nº 106. Y lo mismo hicieron Siria e Irán, países amigos de Armenia y quienes históricamente han jugado un rol importantísimo amparando a los sobrevivientes del genocidio.
Mientras todo ésto sucedía, las declaraciones de las principales autoridades armenias brillaron por su ausencia o no pasaron más allá de “lo esperado” por la comunidad internacional. Parecería que todo pasa por demostrar que con estas actitudes la “incivilizada Turquía” no está preparada para ingresar a la “civilizada familia de la Unión Europea”.
Ahora bien. El interrogante es obvio. ¿Aún no hemos aprendido las lecciones de la historia? ¿Qué diferencias hay entre las posiciones y actitudes sostenidas por las potencias de principio de siglo con las de ahora? Antes, algunos denunciaban y se “apiadaban” de la situación de los armenios en el Imperio Otomano, pero sus gobiernos miraban hacia otro lado y terminaron siendo cómplices de aquel Genocidio. Hoy, se aprueban declaraciones, resoluciones, se dice y se apoya de palabra cada uno de nuestros históricos reclamos, pero en la práctica, nada, simplemente el tema armenio como moneda de cambio para la defensa de sus intereses en sus relaciones con Turquía.
Por su parte, oficialmente Armenia lo ha manifestado en reiteradas ocasiones a través de sus máximas autoridades: no tiene reclamos territoriales para con Turquía y a pesar de que el Reconocimiento del Genocidio forma parte de su agenda de política exterior, no es considerado una precondición para el establecimiento de relaciones con Turquía, que mantiene bloqueado al país desde hace más de una década.
¿Y la diáspora? ¿Tenemos un objetivo común? ¿Sabemos lo que queremos cuando hablamos de Causa Armenia y de reivindicaciones históricas? ¿No llegó el momento de cerrar filas, de sentarnos alrededor de una mesa, de intercambiar y debatir ideas para poder accionar de una sola forma y en una sola dirección? ¿No tendría que ser en el marco de las Conferencias Armenia-Diáspora donde intentemos acercar posiciones las distintas corrientes diasporianas, en vez de ir y discutir nosotros lo que debe hacerse en Armenia? ¿Cuándo terminaremos de darnos cuenta que la Causa Armenia no es propiedad de ningún sector y que ninguno puede atribuirse la representación de todos? ¿Cuándo comenzaremos a derrotar esa mezquindad de querer competir entre nosotros por nada?
Aunque algunos de nosotros no nos demos cuenta, los hechos por sí solos nos muestran la realidad: NADA CON LOS GENOCIDAD DE AYER Y DE SIEMPRE.


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domingo, 14 de octubre de 2007

NADA CON LOS GENOCIDAS DE SIEMPRE

AUDICION RADIAL LA VOZ ARMENIA
EDITORIAL DEL SABADO 13 DE OCTUBRE DE 2007



¡Vaya paradoja! Una Comisión Parlamentaria de la mayor potencia imperialista y genocida que haya conocido la humanidad, aprobó por 27 votos a 21 (es decir, voto dividido), una resolución que destaca que “los acontecimientos sucedidos en 1915 en el Imperio Otomano contra los armenios fueron un genocidio”.
Y, ¿por qué negarlo? En todos nosotros hubo un sentimiento de satisfacción inmediato, producto de nuestro inquebrantable compromiso con la verdad y la justicia, particularmente en lo que respecta al Genocidio sufrido por nuestros antepasados, ya que a pesar de nuestras lógicas diferencias y particularidades sectoriales, hemos avanzado unidos en el reclamo y la lucha a lo largo de las décadas.
Pero claro, en muchos de nosotros, por no decir en la gran mayoría, al lógico y espontáneo sentimiento de satisfacción le siguió el momento de reflexión y cuestionamientos que podemos resumir en esta frase: “¿Merecen nuestros mártires que los genocidas de ayer y hoy laven sus culpas y sus manos manchadas con sangre simplemente introduciendo en un texto la palabra “genocidio” y “reconociendo” que fue ese crimen el sufrido por nuestros abuelos?
Uno ve titulares y extensas notas referidas al Genocidio de Armenios en los principales diarios del mundo, en las páginas de internet, en los programas de radio y televisión, y no puede mantenerse ajeno a sentir que éste, es un logro más de nuestra lucha que no conoce de renunciamientos. Pero no podemos negarlo: nos cuesta tragar saliva.
¿Tienen los imperialistas yanquis la moral necesaria como para tildar de genocida a algún otro Estado? ¿Tienen los cómplices de los genocidas otomanos el derecho de lavar sus culpas dirigiendo su dedo acusador sobre el gobierno que quizás no hubiera podido planificar ni perpetrar un crimen de tamaña magnitud sin el consentimiento de las potencias imperiales de entonces? ¿Por qué tenemos que mostrarnos satisfechos cuando parlamentos y gobiernos como los de Francia, Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos “reconocen” el Genocidio? ¿Por qué no exigimos que estos gobiernos reconozcan la participación activa que han tenido sus autoridades de entonces, no sólo en las matanzas sistemáticas de las poblaciones armenias, sino también en la ocupación definitiva de nuestros históricos territorios y en el saqueo de todos nuestros bienes, ya sea por acción directa o por omisión premeditada? ¿Cómo podemos reaccionr favorablemente si los parlamentarios norteamericanos que dicen “reconocer” el Genocidio de Armenios, son los mismos que invaden países, someten y explotan pueblos, expolian y saquean las riquezas naturales de otros Estados, pisoteando los derechos nacionales y humanos de cada ciudadano del planeta?
Si una importante parte de la población mundial conoce sobre el Genocidio y la usurpación de nuestros territorios históricos y se solidariza con nuestros reclamos, no lo hace por tal o cual declaración o ley aprobada por gobiernos y parlamentos, sino por el trabajo de hormiga que durante décadas hemos llevado adelante los descendientes de las víctimas. Si nuestra experiencia y nuestra lucha sirven para ponerle la mano en el pecho a quienes intentan repetir estos crímenes, no lo es por los “reconocimientos oficiales”, sino porque cada uno de nosotros, centenares de miles, nos hemos transformado en activos militantes en defensa de la vida y de los principios humanistas. Y además, porque jamás hemos esperado nada de nadie, y mucho menos, de los que tienen sus manos chorreando sangre...
No podemos permitir que nuestro dolor, nuestra herida aún abierta, nuestros reclamos y nuestra justa causa pasen a formar parte de los “bienes de cambio” en las relaciones entre los distintos países.
Seguir nuestra lucha por la Verdad y la Justicia va mucho más allá de las declaraciones políticas. Muchos dirán que gracias a ellas, se abren puertas y canales que antes nos estaban vedados. Puede ser que así lo sea, pero el camino recorrido y la experiencia vivida nos muestran que descansa sobre nosotros el NO OLVIDAR y mantener viva la memoria sobre lo sucedido, para que nunca más un pueblo sea víctima de crímenes tan horrendos como los sufridos por el pueblo armenio.
¿Devolución de los territorios? ¿Defensa de nuestro patrimonio cultural y nacional en los territorios usurpados y ocupados? ¿Indemnización? ¿Condena a quienes se apropiaron de los niños y mujeres armenias? ¿Establecimiento de relaciones con Turquía? ¿Continuidad en la búsqueda de declaraciones políticas de gobiernos, parlamentos y organizaciones internacionales? ¿Fortalecimiento del trabajo con organismoa nacionales y internacionales de derechos humanos? ¿Centralización de esfuerzos en el Juicio al Estado turco que lleva adelante la Fundación Hairabedian?
Como podemos apreciar, son muchas las cuestiones que se derivan del Genocidio y de nuestro compromiso de continuar la lucha. Pero, además de los muchos temas que nos quedan por definir aunando criterios, quedan otros que podemos ir aclarando. Por ejemplo, QUE NO QUEREMOS NADA CON Y DE LOS GENOCIDAS Y CRIMINALES DE SIEMPRE.

sábado, 6 de octubre de 2007

DEBEMOS APRENDER LA LECCION

Audición Radial “LA VOZ ARMENIA” - EDITORIAL
(Sábado 06 de Octubre de 2007)


Ayer, a última hora de la tarde, nos comunicábamos con un directivo de la Institución Administrativa de la Iglesia Armenia, quien nos informaba que el próximo lunes 8 de Octubre, es decir, pasado mañana, el Instituto Educativo San Gregorio el Iluminador reabrirá sus puertas y entonces, sus centenares de alumnos volverán a clase y a la normalidad.
Una noticia que nos alegra a todos quienes integramos la colectividad armenia, independientemente de la institución a la que pertenezcamos, ya que se cierra un proceso y como todo, comienza otro. Al menos, eso es lo que pensamos y creemos aquí.
Porque como lo venimos señalando pública y personalmente a distintas personas, sean directivos de instituciones, padres de alumnos o amigos, lo más importante era REABRIR LAS PUERTAS DEL SAN GREGORIO para que los chicos volvieran a clase y para que ellos y sus padres dejaran de atravesar este doloroso y triste momento, que no fue su responsabilidad, sino la de quienes tienen a su cargo el dirigenciamiento del establecimiento educativo.
Lamentablemente, hubieron quienes no lo entendieron así, y se dedicaron, por distintos medios, a tratar de hacer “leña del árbol caído” o, como se dice popularmente, “tirar sal en la herida”, tratando así de dirimir “internas pendientes” que no son de la incumbencia de toda la comunidad, sino de un sector determinado. Acusaciones de toda índole (en su abrumadora mayoría, sin los correspondientes testimonios que demuestren su veracidad) y dichas de las formas más burdas, demostraron que aún nos queda mucho camino por recorrer y que no hemos aprendido las lecciones que, cotidianamente, nos va dando la vida en sus distintas ámbitos y facetas. Entonces, es aplicando esa lógica que cualquiera puede y acusa al otro de lo que quiera o le parezca, difamando y desprestigiando gratuitamente. Porque si alguien sabe o conoce de acciones y hechos dolosos que han causado o causan daño a las instituciones comunitarias y no presenta las pruebas reales que den fe de la veracidad de lo denunciado públicamente, el denunciante pasa a estar en las mismas condiciones que el “supuesto denunciado”.
Uno puede intercambiar opiniones y pensar en voz alta, teorizando sobre distintas cuestiones y momentos comunitarios, pero de ahí a tildar de tal o cual cosa a cualquiera, hay un abismo. Porque hoy, los “señalados” son quienes están en una institución determinada. Pero mañana puede ser cualquiera. Porque quienes actúan de esa forma no conocen de límites ni de tolerancia ni de respeto. Sólo dominan el lenguaje de la prepotencia y la denuncia solapada y delatora.
Y sepan que esta actitud no es nueva ni salió a relucir con el problema de la clausura del Instituto San Gregorio, sino que viene de antes. Como ejemplo basta recordar las pintadas aparecidas en los frentes de distintas instituciones comunitarias, donde desde el anonimato se hacen públicas consignas ofensivas contra la Unión Cultural Armenia, el Conjunto KAIANE, el periódico NOR SEVAN, el diputado Sergio Nahabetian y la Unión General Armenia de Beneficencia, entre otros.
Pero volvamos al tema central, recordando que el objetivo primario ya fue logrado: el Instituto San Gregorio reabrirá sus puertas el lunes. Pero ello no nos debe hacer olvidar ni los errores cometidos, ni las negligencias, ni tampoco todas las miserias que salieron a relucir en estos 30 días. Ahora, la familia del San Gregorio –directivos, padres y docentes- deberán decidir ellos cómo sigue el tema puertas adentro, ya que es potestad única de ellos decidir sobre su escuela.
Al resto de la colectividad nos queda reflexionar sobre lo actuado por cada uno, individual y colectivamente, y definir hacia dónde avanzamos: si hacia el “sálvese quien pueda” y “el yo no fui”, o hacia la creación de un ámbito de tolerancia y respeto mutuo donde priorizando las coincidencias, avancemos en la defensa del bien y los intereses comunes, para que sean disfrutados por TODOS.

Buenos Aires, 06 de Octubre de 2007

lunes, 1 de octubre de 2007

¿QUE NOS ESTA PASANDO?

Audición Radial “LA VOZ ARMENIA”
EDITORIAL (Sábado 29 de Septiembre de 2007)
Desde hace casi un mes el Instituto Educativo San Gregorio el Iluminador, perteneciente al Centro Armenio o Institución Administrativa de la Iglesia Armenia -la histórica y principal organización comunitaria (más allá de pertenencias y cuestiones circunstanciales)-, atraviesa por una situación por demás crítica. Y parece que más allá de conversaciones y “preocupaciones” personales, nada nos conmueve, ni siquiera, que cientos de alumnos no concurran o concurran de manera irregular a recibir clases para no perder el año lectivo; parece que no nos importa (y siempre hablamos en plural, porque también somos parte y no jueces de la situación) que aquella escuela por la que pasamos la gran mayoría de nosotros esté “clausurada” desde hace un mes; parece que no nos importa el problema de otro más que para “dar consejos” y decir socarronamente “yo sabía que iba a pasar ésto”, como si las demás instituciones comunitarias estuvieran exentas de que algún día les pase algo similar o peor.

¿Qué nos está pasando, que en vez de salir corriendo a dar una mano, esperamos “tranquilamente preocupados” el desenlace de la situación? ¿Qué nos está pasando, que no tuvimos la capacidad de dar una respuesta al problema como comunidad? ¿De qué nos sirven las relaciones políticas, si no somos capaces de ponerlas al servicio de quien la precisa?

Y ojo que no hablamos de que no exista el problema, ni de que no se lo solucione, ni de que no se respeten las ordenanzas y leyes que rigen el funcionamiento de los distintos establecimientos habilitados en nuestra Ciudad. Lo que decimos -sin conocer en profundidad el tema, o mejor dicho, sabiendo lo que nos contaron directivos del Centro Armenio-, es que en Buenos Aires funcionan con normalidad establecimientos educativos en condiciones de mayor deterioro y peligrosidad para los estudiantes, que las que pudieron ser detectadas en los distintos edificios que componen el Instituto San Gregorio. Quien recorre la escuela a diario y conoce, además, otras escuelas (sean estas municipales o privadas) de la capital, con toda razón puede pensar que “acá pasa algo raro...”. ¿Qué? A ciencia cierta, no sabemos o no podemos afirmarlo. Pero resulta por demás preocupante que por la falta de ciertos elementos de seguridad (y decimos “falta de algunos” y no inexistencia de los mismos), y cumpliendo paulatinamente con las exigencias de las autoridades municipales, el colegio permanezca cerrado y los alumnos, recibiendo sus clases donde pueden y hay lugar en otras instituciones de nuestra comunidad.

Claro, muchos estarán pensando en el “gesto solidario” de quienes abrieron las puertas de sus instituciones para que “las clases se desarrollen allí y los chicos no pierdan el año”. Y si bien este es un hecho positivo, se asemeja mucho a un “arbolito raquítico” en la selva amazónica.

Puede sonar doloroso y, seguramente, causará el enojo de muchos de quienes están escuchando, pero día a día nuestras actitudes nos van demostrando por qué, entre muchas otras razones, fue posible que los genocidas turcos aniquilaran casi por completo a todo nuestro pueblo, usurparán definitivamente nuestros territorios y se quedaran con miles de años de nuestra historia, mientras otros armenios seguían con sus vidas en otras zonas del Imperio e, incluso, colaborando con las autoridades.

Debemos convencernos de algo: si no cambiamos nuestra forma de actuar, de nada servirán los discursos patrióticos y los llamados a “preservar la armenidad”, y poco a poco se irá perdiendo, en las nuevas generaciones, ese fuego sagrado que los mantiene dentro de la colectividad y trabajando por preservar sus raíces y desarrollar su identidad.

-Formamos una Comisión Interinstitucional para trabajar juntos en favor del reconocimiento del Genocidio de Armenios, y hay quienes igual tratan de avanzar por su cuenta buscando colgarse laureles que no les pertenecen;

-Vienen emigrados de la Madre Patria en busca de mejores oportunidades de vida y se los recibe con indiferencia (en el mejor de los casos), o se los hecha, se los difama o se les recrimina: “¿Para qué vinieron? ¿Por qué no se quedaron en la Armenia libre e independiente?”;

-Algunos dicen coincidir en su adhesión a ciertas fechas, pero no logran hacer un acto conjunto;

-Decidimos abrir una cuenta bancaria solidaria para asegurarle el transplante de riñón al mejor cantante armenio de toda la diáspora, tardamos 2 años en no juntar la suma establecida (porque la tuvo que completar una persona) y Arturo Kouyoumdzian se nos fue... Eso sí, fuimos capaces de llenar la Iglesia para despedirlo, para siempre...

-Somos capaces de juntar miles de dólares para enviar en concepto de ayuda solidaria a los ciudadanos de Armenia, pero no se nos mueve un pelo para colaborar con los muchos que “hacen patria” en estas tierras, entre ellos, los docentes armenios, condenados a subsistir con salarios que nos deben avergonzar a cada uno de nosotros, tengamos o no hijos en escuelas armenias;

Y así, podría seguir enumerando un sinfín de situaciones, que nos duelen, y mucho. Y en este caso puntual, cuando digo TODOS incluyo desde la Comisión del Centro Armenio, que no ha sabido transmitir el problema al resto de la colectividad -comprometiéndonos en la búsqueda de la solución-, hasta cada una de las Comisiones Directivas de las decenas de instituciones comunitarias, quienes no hemos sabido actuar en tiempo y forma y de acuerdo a las circunstancias, más allá de las preocupaciones lógicas y las muestras de solidaridad demostradas.

Porque si no somos capaces de sentir que lo que está clausurado no es el Instituto San Gregorio el Iluminador, sino cada uno de nuestros establecimientos comunitarios, y que debemos recuperar el tiempo perdido actuando juntos en favor de todos, ya podrán ir afirmando que los genocidas turcos cumplieron su objetivo, a pesar de no haber logrado dejar un único armenio en un museo, como testimonio de que alguna vez existimos.

Audición Radial LA VOZ ARMENIA
Buenos Aires, 29 de Septiembre de 2007



“LA VOZ ARMENIA”, Sábados de 11 a 13 horas por AM 890 Radio Soberanía

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domingo, 23 de septiembre de 2007

LIBRE, INDEPENDIENTE Y SOCIALISTA

Audición Radial “LA VOZ ARMENIA”
EDITORIAL (Sábado 22 de Septiembre de 2007)
El 21 de Septiembre es, desde hace exactamente 16 años, la fecha elegida por algunos para hacernos festejar a todos algo que no es como se lo presenta. Y ésto, lo digo con todo el respeto que merecen quienes así lo creen y actúan de manera sincera. Pero así como ellos merecen, y tienen, el respeto de quienes pensamos distinto, también nosotros merecemos el respeto de ellos y de todos.
Es cierto, y no hay manera de negarlo ni obviarlo: el 21 de Septiembre de 1991 la mayoría del pueblo armenio elegía por el “sí” a la cuestión de la independencia y desde ese momento el país dejó de ser una República Socialista Soviética para convertirse en, simplemente, República de Armenia. Y aquí no vamos a introducirnos en el análisis de las causas que derivaron en esa situación, ya que es un tema para el análisis profundo y detallado. Sigamos. Antes, la propia denominación del país dejaba en claro la sociedad que aspiraba a ser construida diariamente, a pesar de los errores cometidos. Pero ahora, no dice ni República Capitalista de Armenia ni tampoco República Sometida de Armenia ni nada, simplemente República de Armenia, como si eso fuera la carta credencial que determina el grado de libertad e independencia del que gozan un pueblo y el Estado que los representa.
Pero volvamos un poquito atrás y claro, cuando se dice que el pueblo votó “sí” y cambió la denominación del país, parecería algo sencillo. Y en eso se basan quienes pretenden hacernos festejar a todos esta fecha. Y no es así.
El 21 de Septiembre de 1991, como particularidad armenia, forma parte de ese todo que es la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y de la experiencia socialista en Europa del Este. Y quienes nos reivindicamos de izquierda y progresistas, no tenemos nada que festejar, ya que esa fecha marca, simbólicamente, el inicio del retroceso de nuestra Madre Patria hacia el restablecimiento del sistema capitalista, con todas sus lacras y miserias.
Y no estoy haciendo una calificación de valores de quienes celebran el nacimiento de la llamada Tercera República de Armenia, sino simplemente llamo a la reflexión y a la honestidad para comenzar a llamar las cosas por su nombre. Porque resulta una falacia total presentar como defensores de los valores de libertad e independencia a quienes simpatizan y festejan el 21 de Septiembre, catalogando automáticamente de lo contrario a quienes nos identificamos con el proceso socialista vivido en Armenia y que seguimos luchando por la instauración del mismo, ya sea en nuestro país como en cualquier rincón del planeta.
Porque a simple vista se ve que quienes “se llenaron la boca hablando de libertad e independencia”, simplemente querían que Armenia dejara de ser socialista y ahora sí, no ponen ningún reparo en “perder la libertad y la independencia conseguidas”, esta vez “a manos de otro tipo de uniones, tal vez, para ellos, “más civilizadas”. ¿O acaso estos sectores encabezarán las protestas cuando dejemos de ser “libres e independientes” y pasemos a formar parte de la Unión Europea? ¿O no son claras demostraciones de no existencia de “libertad e independencia” el tener que introducir reformas a la constitución por imposiciones extranjeras; el tener que aprobar programas económicos ideados por organismos financieros-usureros internacionales; el tener que depender de la “buena voluntad” y de los negociados de terceros para bajar índices de pobreza y “modernizar” los sistemas públicos de educación y salud?
Hay mucho para hablar y debatir sobre esta cuestión, pero lo que debe quedar claro es que la identificación con Armenia, la defensa de sus intereses y la preservación de sus valores culturales e identidad en estas tierras, no están ligadas a la celebración o adhesión a esta fecha. Muchos parecen haber descubierto Armenia en el año 1991... y allá ellos.
Nosotros hemos estado y estaremos junto a la Madre Patria y su pueblo, pero siempre defendiendo los mismos valores y los mismos objetivos. Sin creernos los dueños de la verdad absoluta, pero con la conciencia tranquila de sabernos parte de ese multitudinario ejército de seres humanos que lucha, en cada rincón del planeta, por la construcción de nuevas sociedades para un nuevo mundo.
Y que quede claro. Nosotros estamos a favor de una Armenia verdaderamente libre, verdaderamente independiente y nuevamente socialista.


Buenos Aires
22 de septiembre de 2007