domingo, 6 de diciembre de 2009

VER y OIR lo que ES

Editorial de la audición radial LA VOZ ARMENIA
Sábado 5 de Diciembre de 2009 – Radio Génesis AM 970 (Buenos Aires, Argentina)

Cada mañana, cuando abrimos los ojos y nos disponemos a comenzar a transitar un nuevo día de nuestras vidas, sabemos que nos espera una sucesión de compromisos ya asumidos, de recorridos tradicionales, de encuentros programados y de algunas sorpresas, sean éstas buenas o malas.
Cada mañana salimos de nuestros hogares dispuestos a hacerle frente a cada uno de esos momentos con lo mejor que tenemos: para cumplir con lo comprometido o para superar esos escollos y dificultades que se nos cruzan a diario.
Así debe ser en la mayoría de los casos, independientemente de nuestras condiciones particulares (ocupado o desocupado, rico o pobre, creyente o ateo, casado o soltero, y así, sucesivamente).
Somos hombres y mujeres que venimos de un mismo modo al mundo, vivimos en algunos casos muy pero muy distinto los unos a los otros y luego nos vamos de aquí en igualdad de condiciones.
Y si hay algo que nos caracteriza a casi todos, por no generalizar, es esa porción de misericordia que habita en cada uno de nosotros –cualquiera sea nuestra condición- y que nos lleva a “apiadarnos” de los más necesitados, en algunos casos llegando hasta el extremo de “entregarles” algo de lo mucho que “nos sobra”, es decir, “haciendo caridad”.
Ahora bien. ¿Creemos fehacientemente que la “caridad” es una especie de solución? ¿Creemos efectivo el método de la solidaridad cuando la furia de la naturaleza decide –a través de terremotos, desbordes de ríos o incendios forestales- poner ante nuestros ojos parte de la miseria con la que convivimos cotidianamente? ¿Creemos ciertamente en que el problema es que hay gente que no quiere trabajar y no que hay gobiernos de una clase social a los que no les interesa un bledo si hay millones de desocupados y marginados? Y viniendo más cerca, aquí, entre nosotros, ¿verdaderamente creen que la solución a nuestras preocupaciones es bajar la edad de imputabilidad, construir paredones alrededor de las villas, echar a los inmigrantes llegados de los hermanos países latinoamericanos, irnos a un country, tener una nueva policía, reprimir a los que reclaman justicia e igualdad de derechos?
A veces, y ya son muchas, me causa gracia escuchar cómo desde la llamada “oposición” encabezada por el grupo monopólico Clarín y conformada, entre otros, por un verdadero seleccionado de prestigiosos fracasados políticos co-responsables de la traición, la corrupción, el desguace y el saqueo de nuestras riquezas nacionales, hablan del actual gobierno como si fuera aquel de “los Soviet encabezado por Lenin”.
Si bien durante estos dos últimos gobiernos encabezados por Néstor y Cristina Kirchner se ha intentado cambiar el rumbo en muchos aspectos de la vida del país tomando decisiones de tipo progresista comparado con lo vivido en la década infame menemista, también es muy cierto que jamás se ha intentado cuestionar el modelo capitalista de desarrollo del país, por lo que todo lo bueno realizado no deja de ser más que un simple maquillaje para sostener este modelo de superexplotación para los de abajo y de superganancias para los de arriba.
Seguramente, quienes se esfuerzan por ver en las medidas positivas tomadas algo más que un simple maquillaje, me estarán igualando a los críticos y poniéndome en la misma bolsa.
Pero es el riesgo que se corre cuando lamentablemente la crítica desde lo ideológico coincide en algún lugar en tiempo y espacio con la crítica de quienes no aceptan ni ver perder una porción ínfima de sus beneficios y privilegios, ni ser convidados de segunda de un “reparto” que quisieran encabezar y dirigir.
Porque no es lo mismo criticar y manifestar desde el hambre, la miseria y la falta de oportunidades, que hacerlo desde la opulencia; no es lo mismo criticar y manifestar conviviendo cotidianamente con la caída del valor adquisitivo de los salarios, que hacerlo desde la defensa de la maximización de la rentabilidad; no es lo mismo criticar y manifestar para que “el maquillaje” se transforme en un verdadero “cambio de modelo y sistema”, que hacerlo advirtiendo que con tanto “maquillaje” corre peligro el sistema con el cual “se benefician conjuntamente desde hace décadas” quienes hoy se presentan como perros y gatos.
Hay quienes pretenden justificar este accionar diciendo que “aún no es el momento”, que “se debe ir paso a paso”, que “la derecha está organizada y el campo popular aún no entiende que el gobierno es su guía”, y así, una sucesión de argumentos razonables que no por ello son cierto o verdaderos.
¿Quién determina cuándo es el momento de comenzar un cambio profundo? ¿Quién decide qué método de lucha es el justo? ¿Quién tiene la atribución de definir lo que está bien y lo que está mal para quienes viven sumergidos cotidianamente en la explotación, la miseria y el hambre? ¿Alguno de nosotros, desde nuestra relativa comodidad, podemos asumir la soberbia de decirle a quien no tienen siquiera para comprar el pan todos los días que estamos yendo por el camino correcto?
No existe en el mundo ningún ejemplo que pueda demostrar que el capitalismo otorgue bienestar a toda la población, sin excepciones de ninguna índole. Quienes estén pensando en los países como Suecia, recuerden que el bienestar de ellos se basa en la superexplotación del Tercer Mundo por parte de sus empresas y capitales.
Y para saber quién es quién, o quién está quién más allá de lo que dicen los medios y de lo que vociferan apasionadamente oficialistas y opositores famosos, simplemente pronuncien la palabra SOCIALISMO. Ahí verán cómo, casi por arte de magia, desaparecen todas las diferencias entre la mayoría de los “K” y “sus opositores famosos aglutinados por Clarín” (los Duhalde, Carrio, Cobos, UCR, las patronales rurales, etc).
Por eso, cuando MIRAMOS y ESCUCHAMOS, hagamos el esfuerzo por VER y OIR lo que verdaderamente ES y no lo que nos están VENDIENDO.


Adrián Lomlomdjian
Director

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