domingo, 26 de abril de 2009

No rehuir al debate

Editorial de la audición radial LA VOZ ARMENIA
Sábado 25 de Abril de 2009 – Radio Génesis AM 970 (Buenos Aires, Argentina)


La fecha central de la conmemoración mundial del 94° Aniversario del genocidio de armenios, planificado y perpetrado por el Estado del entonces existente Imperio Otomano (hoy, Turquía), estuvo rodeada de acontecimientos que atrajeron la atención no sólo de armenios y turcos, sino de gran parte de los círculos de poder internacionales.
Desde que el Presidente turco Abdullah Gül aceptó la invitación a Ereván de su colega armenio Serge Sargsian para asistir juntos al partido de fútbol por las Eliminatorias al Mundial 2010, los tiempos se aceleraron y los debates fueron “in crecendo”, ya sea en el seno de la sociedad armenia como en cada comunidad diasporeana. Cada una con sus respectivas particularidades, pero todas asegurando priorizar “los intereses del Estado y el pueblo armenio”. Pero, ¿es así?
Mientras el “lobby armenio” de los Estados Unidos se desvive (y contagia a ciertos sectores de otras comunidades diasporeanas) por escuchar la palabra GENOCIDIO en la boca de cualquier presidente yanqui, en este caso de Obama, las comunidades armenias de Europa están “muy preocupadas” por el posible ingreso de Turquía a la Unión Europea, lo que les significaría un “aluvión de tercermundistas musulmanes” que pondrían en peligro su estilo de vida “occidental y cristiano”. A todo ésto, en la siempre insatisfecha y rebelde latinoamérica, hay quienes avanzan en un histórico juicio al Estado turco, iniciado por las familias Hairabedian-Margosian a través de la Fundación Luisa Hairabedian, y continuado conjuntamente por más de una decena de instituciones armenias del país.
Como podemos notar, representantes de comunidaes armenias poderosas e influyentes dedican su tiempo e invierten cuantiosas cifras de dinero en lograr nada más que “hechos testimoniales” –porque la utilización de la palabra genocidio o la obtención de una resolución parlamentaria no son más que eso, ya que no generan una condena efectiva sobre el Estado heredero de los genocidas-. Mientras, aquí estamos tratando de avanzar en lo que sería la histórica condena de la Justicia –en este caso, la argentina-, al Estado genocida.
Y lo que más llama la atención es, que las propias instituciones comunitarias que son co-demandantes en esta causa no hacen casi nada de nada para transformar esta cuestión en lo central de nuestra militancia por “la Causa Armenia”. Mientras continuamos buscando cada 24 de abril la adhesión oral de cuanto político y funcionario de turno que anda dando vueltas por ahí, el tren de la historia se nos está yendo y, creo yo, por el temor de todos a “hacer historia”. Y cuando digo todos incluyo a TODOS LOS SECTORES COMUNITARIOS, incluso al que uno representa.
Semana tras semana, representantes de gran parte de las instituciones de nuestra colectividad nos reunimos para debatir distintas cuestiones, en este caso y por la fecha, lo relacionado al Genocidio de Armenios y a su conmemoración. Y parecería que toda esa voluntad unitaria, ese nuevo espíritu de tolerancia y respeto que prima en los representantes de las distintas organizaciones, se diluyera en las eternas discusiones para ver qué decimos, a quién invitamos o si firmamos para que Obama reconozca el genocidio, como si el logro de alguna de esas variantes significara el castigo efectivo al Estado heredero de los genocidas.
Quienes participamos de este espacio común –el interinstitucional- debemos demostrar la capacidad para transformarlo en una herramienta efectiva para nuestra causa y, a la vista, no hay nada más efectivo para lograr una condena y castigo a los culpables que el arribo a buen puerto del Juicio por el Derecho al Duelo y a la Verdad que se lleva en nuestro país contra el Estado turco. Si cada uno de nosotros pusiéramos a disposición de este trabajo no todo, sino algo de nuestro esfuerzo y militancia, seguramente estaríamos mucho más cerca de escribir una de las páginas más importantes en la lucha contra los genocidas.
La repetición mecánica de los homenajes comunitarios, sean éstos conjuntos o realizados individualmente por cada institución, sirven para mantener activa la memoria y transmitir a la nuevas generaciones el espíritu de lucha contra el olvido y por el logro de la verdad y justicia.
Pero para dar un paso más, para avanzar hacia la concreción de algunos de los postulados de nuestra lucha, debemos convencernos que existen otros caminos. El haber logrado en nuestro país una ley y que cada 24 de abril en las escuelas municipales deba hacerse referencia al genocidio de armenios, son pasos concretos que sólo pueden verse fortalecidos con medidas superadoras, como lo es el enjuiciamiento al Estado genocida.
De nada sirve poner en el ojo de la tormenta a las actuales autoridades armenias por su diálogo con las autoridades de Turquía, cuando aquí estamos en pleno proceso de acumulación de pruebas para el enjuiciamiento del Estado genocida y parecería como si nada estuviera ocurriendo. Se le da más importancia a juntar firmas para que el mandamás imperial diga GENOCIDIO, que al trabajo y la difusión relacionados a este juicio histórico. A veces uno siente vergüenza al hablar con algunos miembros comunitarios que a 9 años del inicio del juicio aún lo desconocen. Seguramente, si esta demanda la hubiesen empezado en el “primer mundo”, hubiesen existido aquí vasallos dispuestos a colaborar con la decisión del amo…
Depende de nosotros mismos demostrar consecuencia entre los dichos y los hechos. Todavía estamos a tiempo de despertar para ser verdaderos protagonistas y lograr justicia para nuestros antepasados y castigo para el continuador del Estado genocida.


Adrián Lomlomdjian
Director

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