martes, 26 de octubre de 2010

Necesitamos muchos "Marianos"

Audición radial LA VOZ ARMENIA, Buenos Aires, República Argentina
Editorial del programa del martes 26 de octubre de 2010

Gobernantes que traicionan descaradamente los intereses nacionales; dirigentes políticos y sociales que hacen lo contrario a lo que dicen y dicen lo contrario a lo que habían afirmado hace tiempo atrás; hombres y mujeres del espectáculo creyendo que nos están brindando algo interesante y que ciertamente lo que nos están dando es lástima; chantas de todos los colores e ideologías que tratan de vendernos lo que ellos no compran… En fin, seres que pululan por todos lados y que en la mayoría de los casos se convierten en algo así como portadores de actitudes inexplicables para el resto de los humanos.
-“¿Cómo puede ser capaz de eso, si hace poco había dicho lo contrario?”-, es uno de los interrogantes que nos carcome, como aquel otro que dice: -“¿No tiene vergüenza de criticarle al otro lo que él mismo hace todos los días?”-.
Y así, podríamos enumerar una y otra vez situaciones e interrogantes similares.
¿Es acaso Cobos la excepción, el portador de actitudes nunca vistas? ¿Carrió es la única que se la pasa anticipándonos sucesos que nunca se hacen realidad y que vuelve a hacerlo sin siquiera reconocer que alguna vez estuvo equivocada? ¿Duhalde es un piola bárbaro o algunos varios de nosotros somos muy tontos? Y aquellos que vendieron el país y lo desguasaron en los 90, lo incediaron a principios del nuevo siglo, se quedaron con nuestros ahorros y regaron las calles con la sangre de decenas de compatriotas mientras se escapan en helicóptero… ¿Se creen que no tenemos memoria?
Lo peor de todo es que alrededor nuestro hay varios de ellos, es decir, gente que repite el accionar y la actitud de quienes critican. Son varios los Cobos, las Carrió, los Duhalde, los Magneto y los Pedraza que llevan otros apellidos, pero que aplican una misma lógica perversa. Están enquistados en los ámbitos donde desarrollamos nuestras actividades cotidianamente: el trabajo, el club, el barrio…
Están, es cierto. Y molestan.
Pero también es muy cierto que somos más quienes los combatimos, aquellos que nos esforzamos diariamente por transformar nuestras covicciones en acciones de vida, aquellos que no dudamos un instante en hacer prevalecer el objetivo y el bien común por sobre cualquier tipo de beneficio individual, aquellos a quienes no nos asusta parecer “nostálgicos” ni “bichos raros” si de defender principios y valores humanos se trata.
El desafío es grande, porque enfrentamos al adversario directo y a quienes se amparan en cierta fraseología progresista y popular para dañarnos desde adentro. Sólo hace falta mirar y prestar atención.
Y no me olvidé de Mariano Ferreyra, trabajador, estudiante, militante de izquierda, que cayó por ser revolucionario, por ser solidario, por ser él mismo quien sostenía con acciones sus convicciones.
Hoy, a días de su asesinato, podemos ver con claridad quienes son sus verdaderos compañeros –más allá de su indentificación partidaria- y quiénes, tal cual lo enumerado anteriormente, sacan a relucir el estiércol que genera su falsedad e hipocresía.
¡Hasta la victoria siempre, compañero Mariano!
Seremos muchos los “Marianos” necesarios para limpiar tanto excremento.

Adrián Lomlomdjian
Director

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