sábado, 20 de marzo de 2010

La hipocresía

Audición radial LA VOZ ARMENIA, Buenos Aires, República Argentina
Editorial del programa del sábado 13 de Marzo de 2010

Desde los medios masivos de comunicación -dominados principalmente por lo grupos de poder económico que “no toleran perder ni a la bolita”-, nos apabullan a cada segundo con una catarata de “desinformaciones” tan burdas, que resulta increíble que aún existan vastos sectores de nuestra sociedad dispuestos a comerse “nuevos caramelitos” de mentiras y traiciones.
Escuchar hablar con tanta soberbia y desparpajo a quienes han tenido un importante grado de responsabilidad en los momentos oscuros de nuestra historia más reciente –desde la dictadura a esta parte, para no hacer tanta historia-, no da miedo, sino vergüenza ajena. La misma que seguramente sintieron muchos al ver cómo oficialistas y “opositores mediáticos” se disputaban el voto de uno de los hombres más cuestionados de la política nacional: el ex Presidente Menem.
Escuchar que están preocupados por nuestro poder adquisitivo aquellos quienes no dudaron en rebajar salarios y jubilaciones, y despedir a miles de empleados públicos, no puede ser considerado más que un chiste. Lo mismo que escucharlos hablar de su irrestricta voluntad de defender la patria y los derechos de la población, cuando nada hicieron al respecto cuando fueron gobierno. O mejor dicho sí, hicieron, pero todo lo contrario a lo que dicen defender ahora.
Es innegable que la derecha, en sus distintos matices, está jugando a fondo e intenta desestabilizar, incluso derrocar al gobierno actual, tal cual lo señalaran sin titubear varias de sus cabezas dirigentes, ya sea a través de la palabra o con acciones concretas, desde el vicepresidente hasta los terratenientes, pasando por Carrio, Duhalde, Macri y Morales.
Este rejunte opositor, que aglutina en su seno a golpistas de toda la vida, fascistas, nostálgicos del neoliberalismo y del “uno a uno”, enemigos de lo estatal, privatistas que se adueñaron de las principales empresas públicas o llenaron sus bolsillos con las coimas recibidas, empresarios que hablan de “libertad de mercado” pero monopolizan todo y no aceptan competir con nadie, políticos con prontuario, centroizquierdas amantes del capitalismo, y otros especímenes, reitero, este rejunte opositor no puede ser creíble por nada, principalmente, porque jamás se le ha caído una propuesta, un proyecto, nada de nada. Sólo saben decir no u oponerse.
¿Y qué hay del otro lado, es decir, de lo que se conoce como oficialismo?
Por un lado, debemos ser realistas y decir que se han aplicado varias medidas de características progresistas, que seguramente ninguno de quienes forman parte “del rejunte opositor” se hubiera animado a llevar adelante. Y punto, hasta ahí y nada más.
Porque si bien una parte importante del sostén del actual gobierno lo constituyen sectores del campo popular, también en este espacio conviven muchos de aquellos especímenes que enumeramos como integrantes del rejunte opositor.
Para colmo, desde una concepción altamente autoritaria, subjetiva y que no resiste ninguna discusión seria, tratan de igualar al rejunte opositor a todos quienes critican al gobierno desde la izquierda, con argumentos basados en principios y concepciones ideológicas.
Y así estamos, viendo cómo desde ambos grupos tratan de atemorizar a la ciudadanía y de presentarle esta visión hegemónica del presente: o estás con unos, y sos progresista, o estás con otros, y sos gorila y golpista.
¿Qué decimos nosotros?
Lo haremos a través de un ejemplo, para que quede bien clarito.
Investigación de la deuda externa. No al pago con reservas y no al pago con ajuste. Inversión de las reservas acumuladas en la generación de nuevos puestos de trabajo y en la creación de cooperativas, en aumentos salariales para el sector público, en subsidios para los pequeños productores y en paliar las necesidades de la población (construcción de viviendas, hospitales, escuelas y caminos).
No nos igualen ni a unos ni a otros, porque somos distintos, porque luchamos por construir la nueva sociedad socialista. Esa que detestan unos y otros.

Adrián Lomlomdjian
Director

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