jueves, 24 de septiembre de 2009

¿HASTA CUANDO?

Editorial de la audición radial LA VOZ ARMENIA
Sábado 19 de Septiembre de 2009 – Radio Génesis AM 970 (Buenos Aires, Argentina)


Este 21 de septiembre, una vez más, para un sector de nuestra comunidad y de la armenidad, será un día de fiesta. Así se lo hacen saber a las nuevas generaciones. Y así se lo transmiten a terceros.
Como se trata de «una verdadera fiesta» organizan festival entre varios, dan clases especiales para el alumnado, colman las paciencias con loas a la libertad y a la independencia, bailan, recitan, cantan, brindan y se emocionan. Todo legítimo, nada reprochable. O al menos, así parecería serlo… ¿Pero lo es?
Veamos.
Según estos amigos -porque a pesar de las divergencias, muchos son amigos- el 21 de Septiembre se celebra la segunda independencia de Armenia». Es decir que entonces hubo una «primera» que se perdió en algún momento y se recuperó en este recordado día. Hagamos historia.
Para quienes adhieren a esta visión, la «primera independencia» es la del 28 de Mayo de 1918, fecha de creación de la República de Armenia luego de la disolución del Seim de Transcaucasia, creado éste gracias a la victoriosa Revolución Socialista de Octubre en el Imperio Zarista y que aglutinaba en su seno a Armenia, Georgia y Azerbeidján.
Algunos interrogantes: ¿De quién se independizó? ¿Del imperio de los zares, del Seim, de Georgia o de Azerbeidján? ¿Entonces los azerbeidjanos y georgianos se independizaron de los armenios? ¿No sería mejor hablar de creación del Estado armenio o de nacimiento de la República?
Sigamos. Entonces resulta que esta «primera independencia», para estos connacionales, se perdió el 29 de Noviembre de 1920 cuando se estableció en el país el poder soviético y nació la República Socialista Soviética de Armenia.
No importa que a lo largo de su existencia se hayan mantenido las estructuras estatales, que existieran gobiernos locales, que se haya transitado por una etapa única en cuanto al desarrollo nacional en todas las esferas. Como no había embajadas ni representantes propios en organismos internacionales y se formaba parte de esa experiencia «sin igual» (hasta la fecha) como lo fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas -con órganos de poder centralizados y con conformación multinacional-, no eran «ni libres, ni independientes».
Pero llegaron los inicios de la década de los 90 del siglo XX… Gorbachov, Yelstin, la perestroika, la «reunificación» de las Alemanias (o mejor dicho, la invasión, destrucción y ocupación de la República Democrática Alemana), el "tsunami" anticomunista nacido del seno mismo de aquel Estado acusado -hasta entonces- de "lavar cerebros" en cada rincón del planeta (parece que se olvidaron de "lavarlos" en sus propios países...), el desmembramiento de la Unión Soviética (a pesar que en el referéndum popular realizado en toda la Unión el 70% del pueblo se manifestó por mantener la URSS) y "el nacimiento de las nuevas Repúblicas"…
¿Nuevas Repúblicas? ¿Nueva, «segunda independencia»?
Otra vez los interrogantes: ¿de quién? ¿De los mismos que se independizaron de Armenia?, según la lógica de pensamiento impuesta por ellos.
Nada importa. Es así. O mejor dicho, debe ser así y hay quienes se encargan de apretar el botón y que la función continúe.
No hay resquicio para la reflexión, para una lectura detenida y profunda de la historia y los hechos sucedidos, para constatar si está bien lo que transmitimos a otros semejantes o «enseñamos» a las nuevas generaciones. En absoluto. Simplemente «nos dijeron que Armenia se independizó de la URSS» y debemos cumplir con «el rito de la celebración».
¿Alguna vez se preguntaron qué están celebrando?
-¿El saqueo de los bienes y las pertenencias de todos, por parte de un grupo que se transformó en amo y señor de un país y su pueblo?
-¿La emigración -según datos oficiales- de alrededor de un millón doscientas mil personas, algo más de un tercio de la población?
-¿La destrucción de los sistemas públicos y gratuitos de educación y salud que enorgullecían a todos los armenios por su nivel similar al de los países más avanzados?
-¿El cierre definitivo de centenares de escuelas, bibliotecas y centros culturales?
-¿La reaparición del tifus, la tuberculosis, los altos índices de mortalidad infantil, la desocupación, el analfabetismo, los mendigos, los chicos de la calle, las familias sin techo?
-¿La realización de ejercicios militares de la OTAN con la presencia de oficiales turcos en la mismísima Ereván?
-¿El derrumbe del Palacio de la Juventud y de monumentos históricos y arquitectónicos que tanto le costaron al pueblo y que eran orgullo nacional?
-¿Los fusilamientos -en el recinto de sesiones de la Asamblea Nacional- del Primer Ministro, del Presidente y Vicepresidentes parlamentarios y de otros funcionarios de Estado?
-¿Los fusilamientos de manifestantes en pleno centro de Ereván?
-¿Las represiones masivas contra el pueblo que denuncia y protesta después de cada acto electoral?
-¿La participación de Kocharian en la Cumbre de la OTAN realizada en Estambul y su firma reconociendo la integridad territorial de Azerbeidján y Turquía?
-¿La «independencia» y la «libertad» de tener que aplicar los planes de estudio y salud ideados e impuestos por el Banco Mundial; el de realizar las reformas constitucionales «que sugieren» de manera obligatoria los civilizados Estados europeos; el de aceptar los préstamos del Fondo Monetario Internacional y sus designios de cómo manejar las finanzas y el desarrollo económico del país?
-¿Las jubilaciones y salarios de hambre?
-¿O están celebrando que de manera «libre» e «independiente» -y a decir de ustedes mismos-, corremos peligro de desaparecer de la faz de la tierra?
Si tanta libertad e independencia se pregona, ¿por qué se insiste con formar parte de la Unión Europea y de cualquier otra estructura regional? ¿Acaso no se pierden allí esos principios? ¿O resulta más lindo «ser europeo» que «ser soviético»?
El 21 de septiembre no puede ser «celebrado» más que como el «día de la restauración del capitalismo en Armenia». Y por lo tanto, debe ser festejado por quienes adhieren a dicha filosofía y a toda la ideología que la sostiene.
Insistir con transformar en festividad patria y de todos una fecha con marcado contenido político e ideológico (clasista y elitista) -y transmitírselo así a quienes aún no tienen poder de discernir (hablo del alumnado de las escuelas armenias)- no resulta adecuado, para no utili-zar otros términos.
Sería mucho más saludable presentar los hechos como ocurrieron y como son y que cada uno lo analice por su cuenta. También sería importante el debate, no sólo sobre las relaciones entre Armenia y Turquía, sino sobre todos los temas históricos y situaciones, para poder entender entre todos cómo llegamos hasta aquí.
El 21 de Septiembre de 1991 Armenia fue herida de muerte y comenzó a desangrarse. La herida sigue abierta. Y como hace 89 años, sólo el socialismo será capaz de salvarla y asegurar su existencia.


Adrián Lomlomdjian, Director

1 comentario:

Coruscante dijo...

Excelente artículo y excelente blog.

Saludos camaradas,
C. Marat.