sábado, 24 de abril de 2010

Luchamos por la Justicia, la Amistad y la Paz

Audición radial LA VOZ ARMENIA, Buenos Aires, República Argentina
Editorial del programa del sábado 10 de Abril de 2010

La semana pasada hacíamos referencia a una serie de hechos sucedidos en Turquía, como la marcha de jóvenes que aseguraban “no ser nietos de los genocidas” o la demanda judicial presentada por un historiador y abogado turco para que su Estado reconozca el Genocidio de Armenios. Y expresábamos nuestra opinión acerca de que acontecimientos de estas características tenían mayor trascendencia que las resoluciones o declaraciones emitidas por los parlamentos de distintos países.
Esta semana, en Ereván, se llevó a cabo un Simposio organizado por la Federación Internacional de Derechos Humanos, que además realizó su 37ª Asamblea en la capital armenia. Participaron del encuentro profesionales representantes de 105 países, entre ellos varios turcos y el argentino Moreno Ocampo, actual Presidente de la Corte Penal Internacional. En el simposio, además de tratarse temas generales, se abordó la posibilidad del tratamiento del Genocidio Armenio en los Tribunales Internacionales y, además, los abogados armenios y turcos emitieron un comunicado conjunto donde llaman a los gobiernos y partidos políticos opositores de sus países a “implementar las medidas necesarias para la recomposición de las relaciones y la apertura de la frontera”. También, en el documento se hace mención a lo sucedido en 1915 como GENOCIDIO, y firman esa declaración importantes personalidades turcas como el Presidente de la Asociación de Derechos Humanos y el Vicepresidente de la Unión de Abogados de Turquía.
Esto sucede a días de la reunión cumbre entre el Presidente armenio Serge Sargsian y el Primer Ministro turco Rechep Erdoghán, en Washington, y de la conmemoración mundial del 95º Aniversario del Genocidio de Armenios.
Son una serie de acontecimientos que se suceden en distintas latitudes y que demuestran una clara voluntad de los pueblos a no olvidar y continuar la lucha por la justicia, por un lado, y a avanzar en el establecimiento de relaciones de paz y fraternidad entre los pueblos, por el otro. Una y otra se complementan, porque una sin la otra perdería su sentido.
Querer establecer relaciones olvidando el pasado y renunciando al justo reclamo de justicia, significa traicionar la memoria de nuestros antepasados, renegar de nuestra propia historia y abrir las puertas de la impunidad a los genocidas de todos los colores que necesitan del olvido para seguir explotando, expoliando y masacrando pueblos enteros en pro de la defensa de sus intereses materiales.
Y hacer de la memoria y del reclamo de justicia un bastión de ideologías que pregonan la discriminación, el racismo y el revanchismo, significa literalmente “apagar el fuego con nafta”, es decir, responder al negacionismo con prácticas que en vez de enfrentarlo, lo alimenta y lo mantiene vivo.
Por eso, cada actividad de recordación de nuestras víctimas, y de todas las víctimas de genocidios, debe contener esencialmente mensajes que esclarezcan sobre lo sucedido, por un lado, y que nos ayuden a avanzar en el fortalecimiento del entendiemiento y la paz entre los pueblos sin renegar de la memoria y los justos reclamos, por el otro.
Nosotros, fieles a nuestras convicciones y principios, seguimos transitando por el mismo camino y seguimos sosteniendo de manera militante que no habrá paz sin justicia y no habrá justicia sin paz y amistad entre los pueblos.

Adrián Lomlomdjian
Director

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