sábado, 24 de abril de 2010

LOS GENOCIDAS

Audición radial LA VOZ ARMENIA, Buenos Aires, República Argentina
Editorial del programa del sábado 17 de Abril de 2010

En Washington, a principios de semana, mantuvieron una reunión el Presidente de Armenia, Serge Sargsian, y el Primer Ministro de Turquía, Rechep Erdoghán. Fue un encuentro de algo más de una hora y media del cual, oficialmente, aún no se sabe nada. Hubo trascendidos de la prensa, opiniones de funcionarios y analistas, que simplemente sirvieron para reafirmar lo que viene sucediendo: Armenia insiste en que Turquía debe refrendar primero los protocolos; Turquía quiere ligar los protocolos a las cuestiones de Gharapagh y el Genocidio; Armenia se mantiene firme en su posición de que una cosa es la recomposición de relaciones y otra, Gharapagh y el Genocidio; Turquía presiona a la comunidad internacional de que si reconocen el Genocidio no firman los protocolos, y la comunidad internacional presiona a Turquía de que si no firma los protocolos van a comenzar a reconocer el Genocidio un país tras otro.
Así las cosas, la armenidad toda, entendiéndose por ello a los ciudadanos de la República de Armenia y a los descendientes de armenios diseminados por el mundo, nos encontramos inmersos desde hace meses en intensos debates que rondan las cuestiones de las relaciones armenio-turcas, el genocidio de armenios y la cuestión de Gharapagh.
¿Y qué pasa en Armenia? ¿Cómo es la situación interna del país? ¿Cómo vive su gente? ¿En que condiciones se encuentra esa mayoría compuesta por desocupados, jubilados y trabajadores con salarios de sobrevivencia? ¿Mejoró la situación interna?
En absoluto. El saqueo de los bienes públicos, la degradación de la sociedad, la emigración masiva de más de un millón de ciudadanos, las privatizaciones a mansalva, la pérdida de casi todas las conquistas sociales adquiridas durante los 70 años de socialismo y disfrutadas por todo el pueblo, la instauración de una casta oligárquica-mafiosa que tiene en sus manos el poder real del país, son algunos de los sucesos fundamentales que marcan estos últimos 20 años y dejan el sello inconfundible del capitalismo expoliador y explotador.
Mientras algunos pocos disfrutan de los hermosos restaurantes y bares, de las nuevas avenidas comerciales, de los lujosos edificios y chalets, de la ropa de marca internacional y los coches importados, otros muchos, la abrumadora mayoría de la sociedad, está casi excluida no de esos lujos que poco le importan, sino de lo elemental como puede ser la alimentación diaria, la atención médica, la educación y un hogar digno.
Para estos centenares de armenios es como que su país nuevamente haya sido arrasado por los genocidas de antaño, con la diferencia de que “los nuevos” les permiten seguir habitando su tierra.
No podemos seguir escondiendo la cabeza ante una realidad irrefutable. Basta con que quienes visitan Armenia salgan un poco del centro de Ereván, se adentren en las otras zonas capitalinas y en localidades del interior del país, para que se den cuenta de la verdadera situación por la que atraviesa la Madre Patria y su gente.
Cuando buscás trabajo y te dicen que no hay; cuando no podés asegurarle el alimento básico y diario a tus hijos; cuando tenés que revolver la basura de otros para llevarte algo a la boca; cuando debés dejarte morir porque sabés que sin dinero no te atienden en ningún hospital; cuando no podés pagar ni siquiera el arancel anual de la escuela pública para que tus hijos estudien o no los podés mandar a la escuela porque no tiene qué ponerse; cuando te echaron de tu casa porque esa tierra les interesa para hacer negocios o cuando tu casa se vino abajo porque desde hace 20 años a nadie le interesa tu situación; cuando se cierran escuelas, jardines de infantes y bibliotecas y en esos edificios se abren comercios u otros objetivos económicos; cuando todo esto sucede, llegás a la conclusión de que vamos a seguir pidiendo JUSTICIA, RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL y CONDENA PARA TODOS AQUELLOS QUIENES SIGUEN NEGANDO EL GENOCIDIO DE ARMENIOS; y que también, tenemos que empezar a exigir castigo para quienes han llevado a Armenia y a gran parte de su pueblo a tener que vivir en condiciones de miseria y exclusión.
Unos te matan con disparos y bombardeos, y otros lo hacen a través de la exclusión social. Ambos, SON GENOCIDAS.

Adrián Lomlomdjian
Director

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