Editorial del programa del sábado 30 de Enero de 2010
Los tiempos cambian. Los avances y cambios permanentes, los adelantos científico-técnicos, el crecimiento sin pausas del conocimiento humano, la aplicación de los descubrimientos en la cotidianidad de nuestras vidas, la rapidez con la que los hechos se producen, llegan a nosotros y pasan a formar parte del pasado en un abrir y cerrar de ojos, todo este desarrollo de la especie y la sociedad humana nos confunden hasta hacernos creer, y más, hasta convencernos de que las cosas cambiaron en serio y que no debemos ni podemos quedarnos anclados en el pasado.
Por eso, quienes dicen “enfrentar al establishment” o “al poder globalizado y omnipresente de los medios de comunicación capitalistas -verdaderos baluartes en el mantenimiento del poder en manos de las fuerzas reaccionarias imperialistas-“, no hacen más que hacer propias las consignas y la lucha con la que esta poderosa maquinaria ha logrado envenenar las mentes de decenas de millones de personas a lo largo y ancho del planeta.
Es así como escuchamos en boca de quienes se reivindican progresistas, integrantes del campo popular y luchadores por una sociedad sin explotadores ni explotados, argumentos propios de quienes ellos aseguran estar enfrentando. Y más, porque no sólo repiten los conceptos básicos que contribuyen a sostener el sistema explotador –utilizando por supuesto un lenguaje “progre” y poniendo ejemplos que no resisten la mínima crítica-, sino que se la pasan invalidando y ninguneando a quienes “osan” seguir luchando por el fin de este sistema inhumano y la construcción de la nueva sociedad.
Para ellos son más creíbles y confiables aquellos dirigentes del sistema que utilizan el travestismo político como base de su comportamiento diario, que aquellos miles y miles de compañeros y compañeras, dirigentes populares de base e intermedios que jamás han transado con el poder y que a pesar de las divisiones y diferencias siguen sosteniendo con sus vidas la lucha por hacer realidad una vida justa y digna para la mayoría de los humanos.
Entonces, se llega al colmo de creer que quienes participaron del proceso de saqueo y destrucción de nuestra patria son quienes pueden elaborar un verdadero plan de reconstrucción del país y de construcción de una nueva sociedad.
Y entiéndase bien que no estoy atacando a unos y defendiendo a otro, tal los bandos como lo presentan la gran mayoría de los medios de comunicación –oficiales y opositores-, tratando de hacernos creer que debemos ponernos junto a unos o junto a otros. En absoluto. Sólo hay que agudizar un poquito la mirada para darse cuenta que SON LO MISMO, que simplemente los separan algunas formas y las ansias de poder.
¿Existe alguien capaz de mostrar verdaderas diferencias –más allá de algunas palabritas utilizadas o actitudes tomadas en momentos precisos- entre Cristina, Néstor, Scioli, Moyano, Fernández y Moreno por un lado, con Cobos, Carrio, Macri, Duhalde, De Narváez, Bulrich, Morales, De la Rúa, Cavallo y Solá, por el otro?
¿Alguien puede creer que –desde uno de los sectores- se quiera cambiar en serio una sociedad si se sigue manteniendo en pie gran parte de la estructura que genera hambre, miseria, mortalidad infantil, desocupación y todas las lacras de este sistema explotador?
¿Alguien puede creer que –desde el otro sector- se quiera cambiar en serio una sociedad cuando lo único que se critica son los aspectos positivos de este gobierno, defendiendo a ultranza los intereses de una parte importante del poder económico que fue cómplice del poder político de turno en la destrucción del país?
Unos quieren pagar la deuda externa con reservas acumuladas y los otros quieren guardar las reservas y pagarla con dinero fresco, es decir, sacando una partida del presupuesto que debería invertirse en lo social (educación, salud, obras públicas). Ambos, sin ningún disimulo, admiten que debemos seguir desangrándonos, pagando una deuda ilegítima que no generamos y que encima ya pagamos con creces.
Mientras tanto, aquí, en la Ciudad de Buenos Aires, el empresario –con varias denuncias de corrupción en su foja- devenido a Jefe de Gobierno, no conforme con espiar a todo el mundo violando uno de los principales derechos de cada ciudadano como lo es el derecho a la intimidad, ahora decidió poner a prueba una pistola eléctrica –es decir, “una picana siglo XXI”-, despertando sólo algunas protestas y enojos de la dirigencia política.
Es esta dirigencia política, oficialista y opositora de derecha, la que conjuntamente está más preocupada en garantizar un sistema legal que permita a los grupos de poder seguir llenándose los bolsillos, que en proteger a los ciudadanos del país de la política fascista que viene aplicando, por ejemplo, Mauricio Macri en la Ciudad.
Pero claro, Macri es uno más de ellos y tal vez lo que se hace en Buenos Aires es una prueba piloto para luego aplicarlo en todo el país.
No nos olvidemos que hace 10 años muchos de quienes hoy nos gobiernan no podían siquiera salir a caminar o a comer una pizza, porque eran repudiados por todos al grito de “QUE SE VAYAN TODOS”.
Parece que nosotros no aprendimos la lección, porque ellos están todos de nuevo, como oficialista u opositores, haciendo y deshaciendo a su antojo.
Pero ellos sí aprendieron la lección. Por eso se están preparando no sólo para no ser escrachados de nuevo, sino para no sufrir sobresaltos. Por eso crean policía metropolitana, por eso las pistolas eléctricas y por eso piden que el ejército participe en la seguridad interior. He aquí algunas de las propuestas de quienes se dicen opositores.
En esta realidad debemos actuar a nosotros. Y en cada ámbito donde nos toque hacerlo, en nuestro trabajo, en la universidad o en la escuela, en el club o en el barrio, debemos tener en claro que nada podremos lograr si no ejercitamos la memoria, si no recordamos quién fue y qué hizo cada uno. No podemos seguir repitiendo errores, no debemos dejar que las injusticias nos venzan.
La única línea divisoria es saber si se está por la reforma progresiva del capitalismo o por la revolución socialista. Lo demás, es puro humo.
Adrián Lomlomdjian
Director
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